AMAPOLAS

Amapolas
Descripción.
La amapola, conocida científicamente como Papaver rhoeas, es una planta de porte herbáceo que puede llegar a superar los 50 cm de altura. Se trata de una especie anual o, dicho de otro modo, en el curso de un año esta planta germina, florece y muere.
La amapola está recubierta por una capa fina de pelusilla.
Las hojas de la amapola son muy desiguales. Puedes encontrarlas estrechas, largas, cortas, etc. Una característica que siempre tienen es que cuentan con bordes dentados. Además, se desarrollan de forma alterna a lo largo del tallo y cuenta con un único nervio central.
Pero lo que más destaca de la amapola son sus flores. Éstas son solitarias con pétalos arrugados en botones florales que al abrirse muestran un precioso color intenso que puede variar desde el clásico escarlata hasta el anaranjado o el blanco.
Miden entorno a los 5 o 6 cm de diámetro.
Generalmente, las flores presentan unas manchas oscuras en la porción basal. Las amapolas florecen en un periodo concreto, es decir, a finales de primavera y en los primeros días del verano.
El fruto es una cápsula unilocular que contiene numerosas semillas.
La amapola, como muchas otras especies vegetales, presenta diversos componentes que empleados correctamente pueden convertirse en beneficiosos para la salud de las personas.
Esta planta se puede usar como tratamiento tanto interno como externo. Destacan las siguientes aplicaciones:
Es perfecta para combatir el insomnio. Probablemente sea el uso más común que se le da a las amapolas. Presentan propiedades hipnóticas y sedantes por lo que son perfectas para tratar problemas nerviosos y de insomnio.
También se aplica para mejorar el asma. Los preparados con esta planta tienen efectos positivos en el aparato respiratorio, por lo que son beneficiosos para las enfermedades relacionadas con ello.
Es capaz de aliviar la tos y los resfriados.
Disminuye los efectos de la conjuntivitis al frotar los ojos con una infusión de sus flores (siempre y cuando esté bien filtrada).